En el día de ayer las comisiones de Energía y Combustibles, y la de Presupuesto y Hacienda avanzaron en el tratamiento de la Ley de Biocombustibles. En esta jornada se aprobó el dictamen en mayoría del proyecto del oficialismo.
Este nuevo marco regulatorio establecería un corte del 5 % para biodiésel, es decir un 5 % menos que en la actualidad. En el caso del bioetanol mantiene el 12 %, pero establece que un 6 % para bioetanol de maíz y otro 6 % para bioetanol de caña de azúcar. Este proyecto generó rechazo en el sector agroindustrial por la reducción el volumen de corte obligatorio. Sin embargo, las cámaras de las empresas pymes apoyaron la iniciativa.
Cabe recordar que la ley aprobada en 2006 fue prorrogada hasta el 12 de julio. La iniciativa está en condiciones de ser llevada al recinto.
De esta manera, el proyecto pasará al recinto donde el oficialismo espera llegar a los votos. Aún se desconoce la fecha en que será tratado, pero hay apuro por parte del oficialismo para tratar el proyecto lo antes posible.
La iniciativa impulsada por el oficialismo propone un nuevo marco regulatorio con un corte del 5% para el biodiésel y la posibilidad de reducirlo hasta un 3 por ciento. En el caso del bioetanol, el proyecto del diputado por Santa Fe, Marcos Cleri, plantea que se mantenga el corte en un 12%, mientras que para la caña de azúcar seguirá siendo del 6%, al igual que para el maíz. Además, se propone que solamente en el caso del maíz, la Secretaría de Energía podrá reducir el corte a un 3 por ciento “cuando el incremento en los precios de los insumos básicos para la elaboración del biodiésel pudiera distorsionar el precio del combustible fósil en el surtidor, o ante situaciones de escasez de biodiésel por parte de las empresas elaboradoras”.
Sin embargo, con la nueva ley se mantendrían los beneficios impositivos para los biocombustibles, que seguirán sin tributar el impuesto al dióxido de carbono y el impuesto a los combustibles. En 15 años este esquema tuvo un débito fiscal de 6.000 millones de dólares por menor recaudación de impuestos y una pérdida de divisas de 1.400 millones de dólares por aceite de soja y maíz que podría haberse exportado y terminó volcándose al mercado interno.
Por último, propone que “cuando las condiciones del mercado lo permitan”, la Secretaría de Energía podrá prohibir la importación de combustibles para que en su reemplazo se utilice biodiésel o bioetanol, lo cual llevará a incrementar la cantidad de biocombustible y, por ser un producto más caro, aumentar el precio de los combustibles en las estaciones de servicio.
Fuente: BCR News