Comenzó a detectarse presencia de roya de la hoja (RH) visualizada por sus signos (uredosoros o pústulas) sobre la variedad Baguette 750, en lotes puntuales del sudeste cordobés (Monte Maíz, Colonia Bismark, Justiniano Posse, Viamonte) y en centro Sur de Santa Fe (Los Molinos). Por el momento se observa a la enfermedad en sus primeros ciclos de desarrollo en baja incidencia y severidad.
Según destacó el Inta «Puccinia triticina es un patógeno que se establece sobre el cultivo de trigo cuando encuentra condiciones de temperatura en un rango de entre 20 y 24ºC (a menores temperaturas su tasa de desarrollo es más lento) y encuentra mojado del área foliar dado por presencia de rocío durante un tiempo de 6 a 8 horas (condición suficiente para que ocurra la germinación de esporas y se dé inicio a la infección)».
Y agregaron: «Las condiciones de buen tiempo (días soleados y con registros de viento) le permiten a este patógeno acelerar su esporulación y dispersión de esporas (uredinios) continuando así con sus ciclos de infección». La recomendación es comenzar o seguir con los monitoreos de los lotes sembrados con variedades susceptibles con el objetivo de conocer si hay establecimiento de la enfermedad y de estar presente, en que magnitud.
Los monitoreos deben hacerse con cierta periodicidad una vez detectada la enfermedad. Se sugiere en estado de macollaje, recorrer los lotes cada 7 días y acortarlo en caso de que el cultivo se encuentre en estadios de encañado. Debemos asegurarnos que la evaluación sea representativa del estado de la enfermedad para lo cual se recomienda recorridos en zig- zag o en diagonales muestreando y evaluando el cultivo en al menos 20 estaciones de muestreo. Es conveniente aclarar que roya de la hoja presenta una distribución homogénea en el lote, aunque puede registrarse mayor infección en algunos sectores donde el cultivo puede presentar crecimiento distinto como por ejemplo cabeceras con presencia de plantas más estresadas.
En cada estación de muestreo se tomará una planta y se observarán todas las hojas desplegadas del tallo principal (por lo general éste se identifica por ser el de mayor crecimiento en comparación con el resto de los macollos). Con esto se podrá conocer los niveles de infección medidos en términos de incidencia y severidad.
La incidencia se define como un valor porcentual de la enfermedad dado por la relación entre el número de hojas con enfermas (1) / número total de hojas observadas * 100
(1) hojas con al menos 1 pústula visible
La severidad en cambio, es un valor porcentual del área foliar fotosintéticamente activa afectada por la enfermedad resultante de la sumatoria de porcentajes de área foliar afectada en cada hoja / número de hojas observadas * 100
Durante el estado de macollaje, el trigo genera nuevas hojas, incrementando así su área foliar por lo que en este momento la presencia de roya de la hoja no provoca el mismo impacto que cuando ésta encuentra condiciones favorables para mantener un desarrollo epidémico sostenido en etapas de encañado.
«El control químico de la enfermedad durante el macollaje se justificará en la medida en que se observen altos valores de incidencia y severidad. Se logra con esto sólo reducir los niveles de inóculo, deprimiendo el inicio de infección, aunque debe quedar claro que de ningún modo se lograrán proteger las últimas hojas que se diferencian hacia el final del encañado (HB, HB-1 y HB-2)», concluye el informe.
Fuente: BCR News