Un gráfico publicado por un reciente informe del USDA muestra sin “censura” el completo divorcio del precio de trigo argentino respecto de los valores internacionales.
La aplicación de retenciones móviles al trigo por parte del gobierno ruso provocó hacia mediados de 2021 una baja abrupta del valor del cereal en esa nación que se trasladó a las cotizaciones presentes en la Unión Europea, dado que ambos compiten por los mismos mercados.
Sin embargo, posteriormente los precios del trigo tanto ruso como europeo se subieron a la impresionante ola alcista liderada por los trigo de EE.UU., Canadá y Australia.
Argentina hasta mediados de octubre pasado venía “copiando” la tendencia global, aunque en el último lugar de la “tabla de posiciones”. Pero luego el gobierno interrumpió la posibilidad de realizar nuevos embarques del cereal para comenzar a reducir los precios FOB de referencia del trigo, los cuales, al no estar habilitada la exportación, se transformaron en valores meramente referenciales.
El próximo 15 de diciembre se cumple el segundo mes del cierre de facto del registro de exportación de trigo 2021/22. Si bien el fuerte crecimiento del precio internacional del trigo contribuyó a morigerar el “palazo” bajista aplicado por la política intervencionista, lo cierto es que el valor del cereal en el mercado argentino quedó completamente divorciado de la realidad presente en el mundo civilizado.
El hecho de que la medida haya sido implementada junto antes del inicio de la recolección de la cosecha de trigo no es una señal precisamente halagüeña, dado que muestra que los funcionarios del gobierno de Fernández están dispuestos a cambiar las reglas de juego del negocio agrícola cuando los productores ya no tiene ninguna capacidad de reacción.
La intervención del mercado de trigo se realiza de manera informal porque no existe ninguna ley ni norma que ordena el cierre temporario del registro de exportación de trigo 2021/22 desde el pasado 15 de octubre.
La metodología consiste en establecer un cupo teórico de exportación para la campaña en cuestión, el cual, una vez completado, no contempla la posibilidad de que las compañías exportadoras registren nuevas operaciones de comercio exterior hasta una eventual ampliación del cupo o bien, si no es el caso, hasta la apertura del registro de la próxima cosecha del cereal.
Fuente: Bichos de Campo