El Ministerio de Agricultura Ganadería y Pesca de la Nación emitió un comunicado analizando la situación de la cosecha de trigo, a la que calificó de “record”. Según las últimas estimaciones, la misma superaría los 22 millones de toneladas.
El parte cita al ministro Julián Domínguez, quién dijo: «Quiero aprovechar la oportunidad para felicitar a los productores y reconocer su esfuerzo. Con el incremento del área sembrada, de las inversiones en tecnología y de las buenas prácticas agrícolas, sumados a condiciones climáticas favorables, hicieron posible esta cosecha histórica».
A continuación, el comunicado recalca que “los datos muestran que la producción ya triplica el consumo del mercado interno. Además, ya se han anotado un estimado de 12,5 millones de toneladas de exportación, lo que significa 1,2 millones más que el total exportado en la cosecha anterior”.
«Quiero reafirmarles a los productores que estos volúmenes les permiten comercializar su cosecha con tranquilidad sin responder a presiones especulativas», concluye la información oficial en palabras del propio funcionario de la cartera.
Pero, a contramano del volumen de una cosecha que permitiría el abastecimiento sin problemas, tanto del mercado interno como de los compromisos de exportación, el gobierno nacional insiste con que “durante la segunda quincena de enero se convocará a todos los integrantes de la cadena del trigo para determinar los volúmenes de equilibrio”.
O sea, el propio ministro, al anunciar una cosecha récord, ignora que dichas medidas intervencionistas se tornan absolutamente innecesarias. Es más, enrarecen el mercado e intranquilizan a los productores.
Si la idea es hacer que los precios del trigo y del pan bajen con estas resoluciones tipo “cepo” a las exportaciones, habría que tomar como ejemplo la situación de la carne. El problema para el consumo doméstico no son los precios, sino la inflación y el desorden fiscal.
Fuente: BCR News