Con el objetivo de contrarrestar la salida de dólares del Banco Central y revertir el déficit comercial, que en julio fue el más elevado desde mediados de 2018, el Gobierno comunicó que avanzará con una serie de medidas destinadas a aumentar las regulaciones sobre el comercio exterior.
Así, para aminorar el creciente ritmo de las importaciones, aumentarán los controles sobre las empresas que compran servicios en el exterior, más bienes tendrán licencias no automáticas (como dispuso ayer la Secretaría de Comercio en el Boletín Oficial) y habrá menores plazos de exportación para las empresas que usan el régimen importaciones temporales. En ese marco, analistas consultados por Ámbito advirtieron que estas medidas tendrán un costo en términos de actividad económica. Proyectan un estancamiento durante los próximos meses.
Lorenzo Sigaut Gravina, director de análisis macroeconómico de Equilibra, señaló: “Va a tener un impacto y será sobre el segundo semestre del año. Los datos de julio de actividad mostrarían un menor crecimiento interanual y una caída desestacionalizada, y algo parecido esperamos que ocurra en agosto, porque el cierre importador de fines de junio afectó el pago de importaciones, pero no la llegada de las mismas”. En esta línea, agregó que otro punto adicional de por qué el segundo semestre empezó con el pie izquierdo en términos de actividad fue el dato de inflación del 7,4% de julio. “Es difícil que los salarios hayan seguido a la inflación, por lo que notaremos una mayor pérdida de poder adquisitivo que irá resintiendo el consumo de las familias”, planteó.
Alejandro Giacoia, economista de Econviews, subrayó que “partiendo de la base de que las importaciones son necesarias para que funcione la economía, siempre que se busque solucionar el problema de las reservas con más controles va a tener algún impacto sobre la actividad”. En este sentido, advirtió: “Es cierto que limitar la entrada de insumos puede pegar mucho más que otros productos. Sin embargo, cortar la entrada de bienes de consumo, que es donde se pondrá el foco ahora, puede generar desabastecimiento y aumento de precios, lo cual también es recesivo”.
Por su parte, Agostina Myronec, economista de Ecolatina, señaló que desde la consultora estiman una caída desestacionalizada en julio como consecuencias de las restricciones a las importaciones y la incertidumbre cambiaria ocurrida desde mitad del mes.
“Estimamos que las restricciones afecten principalmente a los sectores productores de bienes, principalmente de la industria manufacturera, por sobre los sectores de servicios. Algo similar ocurrió en octubre de 2021, cuando las restricciones impactaron sobre determinadas ramas industriales: el IPI cayó 5,9% desestacionalizado en ese mes y el EMAE se contrajo 0,7%”, afirmó Myronec.
Crecimiento 2022
Claudio Caprarulo, director de la consultora Analytica, indicó que su proyección de crecimiento se mantiene en 4,2% para 2022, con “un estancamiento en el nivel de actividad para esta segunda mitad del año”. “Eso incluye los impactos de una profundización del cepo cambiario. Es claro que aumentar las restricciones a las importaciones atenta contra el nivel de actividad, presiona sobre los dólares paralelos y, en consecuencia, sobre la inflación. Ahora bien, la crisis cambiaria sigue vigente y es una medida menos contractiva que una fuerte devaluación. Sobre todo, si las restricciones caen sobre bienes de lujo y no sobre insumos”, sostuvo.
En tanto, Myronec proyectó “una caída desestacionalizada en el tercer trimestre en conjunto con un estancamiento en el cuarto, que darían como resultado un crecimiento económico levemente por debajo del 4%”. Por su parte, Giacoia señaló que desde Econviews proyectan que la actividad pueda crecer alrededor de 3,5% este año, sin embargo, remarcó que “es todo gracias al arrastre estadístico que dejó el año pasado”. “Punta a punta el PBI mostraría una leve caída”, estimó. Sigaut Gravina, por su lado, auguró que, “tras un primer semestre muy bueno”, con una expansión del 6,3% interanual, el crecimiento promedio de 2022 estará entre 2,5% y 3,5%. “Nosotros lo proyectamos por debajo del 3%”, concluyó.
Fuente: Ambito