El 13 de octubre se celebra el Día Mundial de los Fertilizantes, conmemorando el descubrimiento del proceso que ha permitido utilizar el nitrógeno presente en el aire para fabricar amoníaco, sentando las bases de la industria moderna de fertilizantes.
Este descubrimiento, seguido del desarrollo de un reactor de alta presión por Carl Bosch, fue el origen de la producción industrial de fertilizantes amoniacales, hace más de 100 años. Desde entonces, los fertilizantes han evitado que miles de millones de personas sufran hambrunas y seguirán alimentando al mundo en las próximas décadas.
En este marco, Fertilizar Asociación Civil, entidad cuyo objetivo es promover el uso responsable de la fertilización de cultivos, destaca el rol vital que tienen los fertilizantes en el logro de una producción sustentable de alimentos y la seguridad alimentaria.
A nivel mundial, los fertilizantes explican más del 50% de la producción de alimentos. Es decir que, sin ellos, no generaríamos alimentos suficientes para la población actual.
Cabe recordar que las plantas necesitan 17 nutrientes minerales esenciales. El carbono y el oxígeno los reciben del aire, y el hidrógeno del agua. Los 14 restantes provienen del suelo. La falta de cualquiera de estos nutrientes en cantidades suficientes puede afectar la salud, el crecimiento y el rendimiento de las plantas, y en consecuencia la alimentación humana.
Los fertilizantes proveen estos 14 nutrientes esenciales para las plantas, complementando a los nutrientes del suelo, permitiendo así cubrir las necesidades nutricionales de los cultivos y aumentando significativamente la producción. A medida que los cultivos toman nutrientes del suelo, los fertilizantes también se utilizan para reponer de forma sostenible el contenido de nutrientes y alimentar a las plantas.
En la Argentina, el uso de fertilizantes se ha consolidado siendo una tecnología indispensable en los sistemas actuales de producción de alimentos. En este sentido, desde Fertilizar AC recalcan la importancia de acompañar el uso de esta tecnología junto a la implementación de las Buenas Prácticas Agrícolas (BPAs) aplicando las 4 R de la nutrición de cultivos: fuente correcta, dosis correcta, en el momento apropiado, la forma y lugar de aplicación adecuados.
Fuente: Campo en Acción