La superficie sembrada con sorgo en el ciclo 2022/23 experimentó una caída del 18%, unas 22.000 hectéreas, posicionándose en un total cercano a las 98.000.
El rango de rendimiento a nivel de lote fue amplio, -similar a lo acontecido en el ciclo anterior-, con mínimos de 400 kilos por hectárea, hasta máximos cercanos a los 5.000. Nogoyá fue el departamento con mayor producción, totalizando 25.800 toneladas, seguido por Paraná con 21.840 y Villaguay con 18.860.
Las principales causas por que generaron aquella disminución se deben a bajas expectativas de rendimiento en un escenario Niña; incremento en los gastos y/o mermas generados por el “pulgón amarillo”; y mayores dificultades en la logística de comercialización versus maíz.
Desde la Bolsa de Cereales dieron a conocer las precisiones y citan que la superficie no cosechada abarcó los lotes de sorgo tipo forrajero, silero o doble propósito que totalizó 23.000 hectáreas y, además, se registró la pérdida de 7.400 hectáreas.
El rendimiento promedio provincial y la producción fueron los valores más bajos de los últimos 23 años. En relación al rinde, el reporte indica que el ciclo 2022/23 se detectó una disminución interanual del 34 % (1.279 kg/ha), ubicándose en 2.531 kg/ha, pero si se compara con el promedio del último lustro la variación fue del 40 % (1.722 kg/ha). La producción total es de 171.070 toneladas (t), un 36 % (98.320 t) menos que la campaña precedente.
Dstacan que hubo serias dificultades en la cosecha, debido a la disparidad en la madurez de las panojas dentro de los lotes. La sequía obligó al cereal a entrar en latencia y retrasar la etapa de panojado. Por otra parte, la ausencia de heladas dificultó el secado de los granos que en muchos casos fueron cosechados con mayor humedad de la normal.
Fuente: Campo en Acción