El trigo viene demostrado una gran resistencia ante las duras condiciones climáticas de julio, según el último reporte de la Bolsa de Comercio de Rosario. A pesar de una intensa circulación de aire frío que dominó la primera parte del mes, el 60% de los cultivos de trigo en la región núcleo se encuentran en muy buen estado, mientras que el restante 40% se clasifica como bueno.
El informe detalla que el desarrollo del trigo se ha visto ralentizado por el frío, pero no muestra daños significativos. Las esperadas lluvias de 10 a 15 mm durante el fin de semana podrían ser cruciales para la recuperación del cultivo. “Los pronósticos de corto plazo prevén un aumento de la actividad atmosférica que podría generar lluvias durante el fin de semana”, menciona el consultor Elorriaga.
Las temperaturas en Rosario y sus alrededores han sido extremadamente bajas. La temperatura media de julio, que históricamente es de 10,1°C, cayó a un promedio de 4,8°C durante la primera quincena de este año, una disminución del 50%. Las mínimas alcanzaron cifras récord, registrándose -6,8°C en Rosario y hasta -11°C a 5 cm del suelo en Marcos Juárez.
Este frío intenso y persistente ha impactado el crecimiento del trigo, pero la humedad subsuperficial del suelo ha jugado un papel clave en minimizar los daños. En algunas áreas, como Fuentes en el sur de Santa Fe, se han observado daños en las hojas del cultivo, pero se espera una pronta recuperación gracias a la humedad presente en el suelo.
El reporte destaca que, actualmente, el 30% del cultivo de trigo está en etapa de macollaje, el 40% en fase de foliación y un 30% aún emergiendo. A pesar de algunos casos de muerte de plántulas en siembras recientes, el cultivo en general se encuentra en condiciones favorables. “Las heladas no han causado daños significativos”, afirman los técnicos en Bigand, aunque el crecimiento se ha frenado.
Aunque no se esperan lluvias muy significativas y generalizadas, hay buenas posibilidades de recibir al menos 10 a 15 mm en los próximos días. Estas precipitaciones son esenciales para frenar el déficit hídrico y ayudar a la recuperación del cultivo después del frío extremo. Además, permitirán finalizar las fertilizaciones pendientes y activar aquellas realizadas sin la humedad adecuada.
Con el cambio de quincena, se prevé una mejora en las condiciones climáticas. El aire frío empezará a retroceder y la circulación del norte traerá un alivio en las temperaturas extremas, junto con una mayor humedad hacia el centro del país. “Se prevé un aumento de la actividad atmosférica que podría generar lluvias durante el fin de semana”, reitera Elorriaga.
Fuente: BCR