El maíz en la región núcleo enfrenta un escenario incierto de cara a la campaña 2024/25. A pesar de las recientes lluvias que trajeron cierto alivio a los cultivos, las expectativas de siembra no han mostrado signos de recuperación, manteniéndose en un 30% menos de área sembrada en comparación con el año anterior. Así lo reflejó un reciente informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), que plantea que esta situación refleja la cautela de los productores, quienes esperan una mejora en los precios internacionales o condiciones climáticas más favorables en los próximos meses.
Uno de los factores más preocupantes es la persistente incertidumbre en torno al comportamiento de la plaga conocida como la chicharrita, que está asociada al spiroplasma, un patógeno que afecta severamente al maíz. Según el reporte de la BCR, la chicharrita podría ver incrementada su presencia si las condiciones ambientales resultan propicias. Aunque las temperaturas frías registradas en julio y agosto parecen haber sido significativas, los técnicos de la región aún no tienen pruebas concluyentes sobre si estas condiciones serán suficientes para frenar la proliferación de la plaga.
Las dudas sobre si realizar o no la siembra de maíz están muy presentes, y algunos estiman que la superficie destinada a este cultivo podría reducirse hasta un 60%. Este escenario de incertidumbre se agrava con la falta de decisiones en la compra de insumos, lo que podría retrasar o incluso cancelar la siembra en ciertas áreas.
En cuanto al trigo, las recientes lluvias han traído una mejora en su estado, especialmente en la zona este de la región núcleo. En áreas como Pergamino y el sudeste de Santa Fe, el cultivo ha mostrado una recuperación significativa, con expectativas de rendimiento que ahora se elevan a 50 quintales por hectárea en algunos casos. Sin embargo, en el oeste, la situación es más crítica, ya que las lluvias han sido insuficientes y se requiere más agua en las próximas semanas para evitar que el cultivo se vea afectado en su desarrollo.
El clima también presenta desafíos adicionales. A partir del viernes, se espera un descenso de la temperatura, con mínimas que podrían llegar a los -2°C, y sin pronósticos de nuevas lluvias en el horizonte. Este cambio de condiciones podría complicar aún más la situación de los cultivos, tanto de maíz como de trigo, en una región que aún no logra recuperarse completamente de las reservas hídricas.
Fuente: BCR