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07/10/2019 - Una advertencia que no fue escuchada: el costo de la falta de transparencia estadística se termina pagando caro

Casi un año atrás noventa periodistas agropecuarios argentinos crearon un petición en el sitio Change.org para solicitar al Estado nacional que publique datos sobre el uso de agroquímicos. El pedido quedó en la nada.

Esta semana el empresario y conductor televisivo Marcelo Tinelli aseguró en su cuenta de Twitter que la “Argentina tiene el promedio más alto de uso de glifosato per cápita del mundo: más de siete litros anuales por persona. USA (por EE.UU.) no llega a 0,5 litros. En dos décadas acá se pasó de 20 millones de litros de agrotóxicos a casi 400 millones. ¿De qué cuidado de personas y ambiente me hablan?”.

Si bien el indicador propuesto por Tinelli no es el más adecuado –lo correcto sería evaluar uso de agroquímicos en función de la superficie productiva de cada país–, la realidad es que, al no haber estadísticas oficiales sobre el uso de fitosanitarios, no existe manera de verificar si los comentarios de Tinelli son verídicos o no.

La semana pasada Tinelli había indicado erróneamente que el “glifosato está prohibido en 74 países”, algo que, los profesionales de la información que trabajamos en el ámbito agropecuario nos encargamos rápidamente de refutar porque contamos con las pruebas documentales para hacerlo (luego de lo cual es propio Tinelli reconoció su error vía Twitter).

Pero no es posible hacer lo mismo con el comentario sobre la cantidad de glifosato empleada en la Argentina porque no contamos con datos para indicar si tal afirmación es válida o no.

La transparencia estadística, lejos de provocar temores infundados, es uno de los principales antídotos contra la desinformación instrumentada ya sea de manera involuntaria como voluntaria.

El negocio agrícola es la principal fuente genuina divisas de la Argentina, una nación con serios problemas económicos y financieros urgida por el abastecimiento de ese recurso crítico. Por ende, la política de comunicación referida al agro debería ser considerada una política de Estado. Y la transparencia, en ese marco, tendría que ser uno de los pilares de esa política.

Ezequiel Tambornini

Fuente: Valor Soja