Las divisas aportadas por el sector agroindustrial en el año 2019 fueron sustanciales para asegurar las operaciones y empleos de la mayor parte de los sectores económicos presentes en el territorio argentino.
El año pasado el ingreso neto integral de divisas generado por los sectores “oleaginosos y cereales” y “otras actividades primarias” fue de 26.627 millones de dólares (M/u$s).
En segundo lugar se ubicó el sector “alimentos y bebidas” con 6463 M/u$s netos ingresados en enero-diciembre de 2019, mientras que el tercer lugar del ranking fue para el sector minero con 3508 M/u$s.
Los datos corresponden a cifras del último Balance Cambiario publicado por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) en lo que respecta a exportaciones/importaciones, inversiones directas, préstamos, giro de utilidades y formación de activos externos.
En cuanto a la industria petrolera, los ingresos por exportaciones e inversiones generados en 2019 no lograron compensar la salida de divisas, lo que implicó que el sector registró en el período un balance cambiario neto negativo de 1549 M/u$s. Los yacimiento patagónicos de hidrocarburos no convencionales (shale oil, shale gas y tight gas) siguen por el momento siendo una promesa a la hora de pagar la cuenta.
El rubro “servicios empresariales, profesionales y técnicos” (que comprende asesoramiento jurídico, contable, publicidades, diseño, informática y un largo etcétera) generó en 2019 apenas un ingreso neto de divisas de 1261 M/u$s debido a que el año pasado tales servicios comenzaron a abonar –por primera vez en la historia argentina– derechos de exportación.
Los demás grandes sectores generadores de bienes y servicios de la economía argentina consumen muchísimos más dólares de los que generan y son “subsidiados”, en términos cambiarios, por el sector agroindustrial.
Increíblemente, el campeón del consumo de divisas el año pasado fue el turismo, el cual registró un déficit cambiario neto de 5674 M/u$s. Si bien se trata de una cifra inferior al déficit de 7999 M/u$s registrado en 2018, aún continúa siendo un número altísimo para una nación que cuenta con activos culturales y geográficos de elevado potencial turístico.
Un estudio realizado por economistas del BCRA estima que un 15% de la salida de divisas comprendida en el rubro “viajes y otros gastos con tarjeta” corresponde a erogaciones que no deberían incluirse en la balanza turística por tratarse de gastos realizados con tarjetas de créditos por personas que no viajan al exterior (tales como juegos digitales, programas informáticos, bienes de consumo “puerta a puerta”, etcétera). Sin embargo, al ajustar ese dato con dicho margen del 15%, el déficit de la balanza cambiaria turística sigue aún registrando una cifra considerable.
El turismo receptivo es un factor clave para desarrollar la cadena de valor de la agroindustria argentina porque los visitantes extranjeros, además de aportar divisas, luego se convierten en embajadores de productos argentinos (como las empanadas de carne vacuna, el vino Malbec o el dulce de leche).
En los siguientes puestos del ranking de consumidores de divisas se ubican la industria química con un déficit cambiario el año pasado de 4149 M/u$s, comercio con -3643 M/u$s, maquinaria y equipos con -3336 M/u$s, comunicaciones con -1521 M/u$s e industria del papel y ediciones con -659 M/u$s, entre otros.
Un comentario aparte merece la industria automotriz, al cual, luego de registrar un déficit cambiario neto de 4398 M/u$s en el año 2018, el año pasado experimentó un déficit de 983 M/u$s debido a menores importaciones de piezas y vehículos (producto del derrumbe de ventas generado por la crisis económica).
El Balance Cambiario del BCRA muestra que a partir de septiembre de 2019 no se realizó ningún giro de utilidades hacia el exterior. Eso ocurre a partir del bloqueo de facto dispuesto para poder realizar esa operación instrumentado por la comunicación “A”6768 del BCRA.
Fuente: Valor Soja