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Ocho recesiones en los últimos 30 años, brecha cambiaria, derechos de exportación, problemas de conectividad y caminos rurales.
Esa fue la enumeración de problemas que realizó Pedro Vigneau, presidente del 3° Congreso Internacional de Maíz (CIM), para referenciar las múltiples dificultades que ha afrontado y debe afrontar cada día el productor argentino para poder subsistir.
“Esto marca la pauta de la resiliencia del productor argentino, que ha estado expuesto a todo tipo de patógenos, pero logró generar un sistema inmune impresionante”, graficó Vigneau.
El problema, para quien fue presidente de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) y de la Asociación Maíz y Sorgo Argentino (Maizar), es que esto es lo que hace que el productor argentino viva “a la defensiva”.
LOS DESAFÍOS DE LA CADENA DEL MAÍZ
“Este marco, que viene de décadas, nos hace estar a la defensiva. Usamos todo nuestro conocimiento, talento e innovación, pero para estar defendiéndonos todo el tiempo, porque nos cambian las reglas de juego a cada momento, entonces pensar a largo plazo y hacer que la empresa crezca es difícil”, remarcó.
Es en ese marco que invitó a la audiencia que lo escuchaba en el CIM a imaginar “todo lo que podríamos ser si este talento y pasión se pusiese a trabajar en ofensiva, lo que significa salir a buscar mercados, proyectar que las empresas crezcan”.
“Imaginemos la agresividad positiva de crecer, con el desarrollo federal que significa esta potencia del agro con el maíz a la cabeza”, puntualizó.
Palabras similares reflejó Joaquín Pinasco, CEO de La Pastelera Agro y cofundador del CIM, quien valoró el potencial de la cadena maicera para el crecimiento de la Argentina.
Del acto de apertura también participó el intendente de la ciudad de Córdoba, Daniel Passerini; y el gobernador provincial, Martín Llaryora, quien realizó un duro reclamo relacionado a los biocombustibles.
Fuente: Infocampo
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